Oír -sin oírlo- el canto de la lechuza a la manera de algunos campesinos. Recuerdo que uno de ellos, cuando se le preguntaba por el canto del ave de Minerva, que estaba oculta al anochecer en el húmedo bosque, respondía: "¿Canto de la lechuza? No sé de qué me está hablando. Yo no oigo nada". A eso llamo yo oír -sin oírlo- el canto de la lechuza.Tratado de armonía, d'Antonio Colinas. Tusquets Editores. Cuadernos Marginales 113. Barcelona, 1991.
divendres, 28 d’octubre del 2005
Textos: Antonio Colinas (4)
El mesclador hi torna. La feina actual li fa repassar aquest llibret on també hi ha boscos, ocells, mussols, pensaments, aigua, vents i silencis.
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