Acerca de las dificultades para escuchar la pinturaTerritorios, de Julio Cortázar. Siglo Veintiuno Editores. México, 1978.
Yo pediría que el título fuera entendido literalmente, porque en el vasto y más bien fácil campo de las correspondencias todo el mundo está al tanto de la melodía del trazo de Botticelli o de los esfumados acordes de Claude Monet. Aquí aludo a algo concreto, a la dificultad real que me plantea la pintura cuando con todo derecho procuro escucharla, partiendo del principio recíproco de que la música, como la de Orfeo en el soneto de Rilke, nos dibuja sin esfuerzo un árbol en el oído. Así, mientras vuelvo a la improvisación de Charlie Parker en Out of Nowhere, veo distintamente las pinceladas que traza la melodía, y el resultado es un gran ventanal naranja en el que pequeñas nubes van y vienen como globos, una especie de Magritte pero a los saltos, dése usted cuenta.
Frente a esa traslación nada abstrusa, ¿por qué hasta hoy no he escuchado un dibujo o una pintura? Hablo, por supuesto, de mis dificultades; acaso alguien me hará llegar un día la música que conoció mirando este libro. No me sorprendería que fuese más bien percusionante, muy Max Roach, con estallidos por el lado de los címbalos, en todo caso llena de ese swing que en Saura no necesita del sonido para barrernos la cara con sus espléndidas escobillas.
dimarts, 26 de desembre del 2006
Textos: Julio Cortázar
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4 comentaris:
Rayuela sona a música de jazz amb acordió que no he escoltat mai.
Rayuela és plena de jazz, no?
Cortázar tocava la trompeta, crec.
Agraït perl comentari.
Salut!
"JAZZUELA" és un CD+llibret amb el jazz que es troba a RAYUELA.
M'el han deixat i és curiós, està prou bé.
Bé, Cortázar, bé.
Gràcies per la informació de JAZZUELA, el cercaré. Salut.
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