Estoy tendido en la cama, ojos cerrados, escuchando llamadas de niños, ladridos de perros, trotar de caballos y pasos alígeros de cabras al deslumbrante resplandor solar. Este clima de Málaga te procura el placer puro, destilado, de sentirte vivo en estado de somnolencia.Pensamientos en una estación seca, de Gerald Brenan. Plaza & Janés Editores. Barcelona, 1985. Traducció de Manuel Vázquez.
En este país no hay nada más nostálgico que la voz nasal del vendedor de lotería, moviéndose a lo largo de la calle aldeana. Ello me hace volver al tiempo en que visité España por primera vez hace cuarenta años, cuando los pregones callejeros eran más comunes. Oído y olfato... ¡Con cuánta sutileza ejercitan ambos la propiedad de preservar, como moscas en ámbar, pequeños fragmentos de nuestro pasado que la vista, siendo un sentido mucho más explotado, es incapaz de retener!
dimarts, 17 d’abril del 2007
Textos: Gerald Brenan
Dos pensaments extrets del capítol Introspección:
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